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Rosaura posa en el rellano de su casa con sus hijos, Miguel, que va a cumplir cinco años, y la pequeña Lola, de cuatro días de edad.
"Salía la cabeza de la niña y no llegábamos al taxi"

"Salía la cabeza de la niña y no llegábamos al taxi"

Lola vino al mundo en el portal de su casa, entre las contracciones de la madre y con ayuda del padre y los sanitarios de la ambulancia del 061

Juan Carlos Flores-Gispert

Lunes, 16 de enero 2017, 12:51

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Todo venía bien. Y ha acabado muy bien, con una pequeña llamada Lola en este mundo. Lola, como su abuela paterna. Y vecina de la calle Alta. Nació en la mañana del miércoles en el portal del edificio donde viven sus padres, los santanderinos Rosaura y Miguel, y su hermano Miguel, que va a cumplir cinco años. Todo bien. Pero con una pequeña historia familiar que ha traspasado el domicilio y ha emocionado a todo el barrio. La pequeña nació en el portal, con ayuda del padre y de los sanitarios del 061. De ahí al Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y a los tres días para casa. Una callealtera más.

Pero no fue sencillo traer al mundo a la pequeña Lola. La madre, a las ocho y media de la mañana, vio que todo iba muy rápido, que tenía contracciones de parto. El padre llevó al niño al colegio, regresó a casa y se dispuso a salir para el hospital. Pero los acontecimientos se precipitaron. Cuando bajaba en el ascensor a tomar el taxi camino de Valdecilla la madre notó que rompía aguas y salía el bebé. El marido aún lo cuenta asombrado: "Fue todo muy rápido. Cuando bajamos en el ascensor mi mujer comenzó a romper aguas y se quedó bloqueada en la rampa de acceso al portal. Ya estaba el taxi esperándonos, mientras mi mujer salía del ascensor yo había llevado dentro del coche las mochilas con la ropa de las dos para el hospital, pero mi mujer no aguantaba ni un minuto más".

Improvisación en el portal

Así que hubo que improvisar, porque, como cuenta un amigo de la familia, "la pequeña ya salía". Y el portal se convirtió en improvisada sala de partos. El padre explica que "ya se le veía la coronilla a la niña y mi mujer dijo 'llama a una ambulancia, no puedo ni entrar al taxi'". Llamó al 061 explicando lo que pasaba y pidiendo ayuda, habló con una médico y se dispuso a esperar. "Fueron tres minutos los que tardaron, pero me parecieron eternos, horas. Mientras, Miguel acomodó lo mejor posible a su mujer, tumbada en el suelo y sobre el felpudo, "lo más cómoda posible, porque el portal es de mármol, duro y frío".

Llegaron los sanitarios, bajaron de la ambulancia, vieron lo que pasaba, cogieron la equipación, atendieron a Rosaura, sacaron al bebé, cortaron el cordón, pusieron a la niña sobre la madre y para el hospital. "Fue todo rapidísimo. En Valdecilla ya me derrumbé. ¡Me temblaban las piernas¡ Miedo no pasé. De verdad que no. Sólo la preocupación por mi mujer y mi niña. Preocupación porque todo saliera bien. Todo acabado. Y todos en casa".

Mientras esperaban la llegada de la ambulancia pasó por delante del portal Florencio Franco, el electricista del barrio, con tienda en el número 48 de la calle Alta. "Vi que estaba en el suelo una mujer y un hombre y que estaba naciendo un niño. Entré para ayudar en lo posible y el bebé ¡ya estaba saliendo! Fue emocionante, muy emocionante ver a la niña con el cordón. Respiraba perfectamente. Fue fantástico ver nacer a una persona, una bendición de Dios en este mundo lleno de complicaciones y desgracias", recuerda este vecino de la calle Alta.

Y, al segundo, llegaron los sanitarios del 061 que se hicieron cargo del tema. Todo perfecto. Solo el susto y el mal rato. Sin complicaciones. La pequeña goza de perfecta salud. El hermano, de cinco años, ni se enteró del barullo. Estaba en el colegio. Todos satisfechos. La familia y los vecinos. Como dice una de ellas, del sexto piso, "fue emocionante, según me han contado. Todo el bloque está muy contento de que todo saliera bien. Tenemos una nueva vecina que se llama Lola. Son una familia muy agradable y el hermano es muy simpático, habla con todos", explica.

"Fue un parto sin dolores"

Miguel y Rosaura llevan la mitad de su vida juntos. El tiene 38 años y ella 33. Se casaron hace seis, pero son pareja desde hace 17 años. El es policía nacional, con conocimientos sanitarios, lo que le ayudó a atender a su esposa y a su niña. Rosaura es teleoperadora. Ahora está feliz y sonriente, pero lo pasó mal. "Todo salió muy bien, no me puedo quejar. A las ocho y media de la mañana comenzaron las contracciones y a las nueve y media ya había nacido la niña, sin dolores. Pasé miedo por ella, porque vi que salía y no estábamos en el hospital. Pero crucé las piernas y esperé. Fue tremendo, momentos de gran tensión, porque Lola estaba un poco morada y eso me preocupó. Pero cuando comenzó a llorar me calmé". Lola pesó 3 kilos.

El sindicato CSIF agradeció "la rapidez y gran labor realizada por los servicios de emergencia que asistieron al marido en el parto, consiguiendo que esta pequeña santanderina llegase al mundo sana y salva. Sin duda es un día inolvidable para los asistentes, una jornada que recordarán con alegría y orgullo", dijo un miembro del sindicato.

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