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Javier López Marcano, frente al Instituto Marqués de Santillana, de Torrelavega, donde imparte clases de latín
"Ya he puesto la otra mejilla en demasiadas ocasiones. ¿Venganza? Yo archivo, no olvido"

"Ya he puesto la otra mejilla en demasiadas ocasiones. ¿Venganza? Yo archivo, no olvido"

"Me he sentido querido y protegido por mi partido. En líneas generales. Hay gente que ha dado la talla, aunque hay algunos momentos en los que frágiles o débiles somos todos"

Gonzalo Sellers

Viernes, 20 de enero 2017, 07:10

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El auto de la Audiencia que da carpetazo al caso Racing cogió a Javier López Marcano (Torrelavega, 1955) dando clase de latín en el instituto. Allí se ha refugiado desde hace año y medio, cuando Podemos se cobró su escaño en el Parlamento para apoyar la investidura de Miguel Ángel Revilla. Su regreso a la primera línea política se da por hecho y ha sido objeto de multitud de rumores, pero el vicesecretario del PRC, el exconsejero de Cultura, Turismo y Deporte y delfín de Revilla dice no tener prisa. Después de todo, unos días no son nada para quien lleva cuatro años afilando el colmillo.

¿Pensó en algún momento que el juicio iba a ser inevitable?

No. Esperaba el auto tal y como ha sido. Sabía que la causa no tenía más recorrido y una absoluta tranquilidad en el desenlace. Eso me ha ayudado a vivirlo con ese mantra que he repetido hasta el hartazgo: sereno, tranquilo y confiado.

Si el fallo hubiera sido el contrario, ¿estaba preparado para dimitir de sus cargos en el PRC?

Ese planteamiento nunca me lo he hecho ni las circunstancias lo han requerido. Pero he dejado pruebas sobradas de que si hay que dimitir, dimito. En un país en el que se dice que no lo hace nadie, a mí no me produjo ningún trauma. Lo hice para que los míos pudieran sentirse orgullosos.

¿Cómo recuerda ese momento en el que entrega el escaño tras el órdago de Podemos? ¿Con rabia, con enfado? ¿Se sintió respaldado por el PRC?

Tuve el apoyo del partido y de mi familia. Lo recuerdo con satisfacción. Siempre que hablo de ello me enorgullezco por haber hecho lo que tenía que hacer. El sentido del deber es importante en mi vida. Como buen Acuario que soy, cuando estoy convencido de una cosa es difícil disuadirme. Me sentí muy bien, muy protegido. Recuerdo que esa misma mañana recorrí raudo el camino que me lleva del Parlamento al instituto de Torrelavega y pasé página sin lastres, sin ninguna sensación lastimosa.

¿Sin ánimo de venganza?

Habría que definir venganza.

Venganza política.

La política es un ejercicio noble ejercido por caballeros, aunque no responda a esa definición en algunas ocasiones. ¿Venganza? No lo sé, pero esta mañana he leído una frase en una servilleta, mientras tomaba el café, que me viene perfecta: Archivo, pero no olvido. Lo que sí me quedé es con ganas de hacer muchas cosas, de trabajar por Cantabria, pero no a costa de todo. Si se trata de estar por estar en un cargo, sin objetivos y sin motivaciones, eso no va conmigo. Sólo sé vivir las cosas con pasión, ya sea la docencia, la política o la vida.

¿Volvería a hacer la operación del Racing de la misma manera?

Las circunstancias son distintas ahora. Si el escenario fuera el mismo y el Consejo de Gobierno tomara ese acuerdo, mi comportamiento sería el mismo.

¿Cree, entonces, que la operación era buena?

Sí. Y hecha con la mejor de las intenciones. De hecho, en el año 2011 hubo la opción de recuperar todo, pero el Gobierno del PP optó por otra vía, prefirió la sangre política, y su comportamiento fue declarado jurídicamente absurdo.

¿En ese caso sí hubo venganza?

No tengo ninguna duda. Una venganza extrema, de alto voltaje. Esa venganza mala que se mezcla con la inquina. Optaron por la persecución y no quisieron tomar otro camino.

¿Pero fue una estrategia política o una decisión personal de Ignacio Diego?

La decisión de judicializar la compra-venta del Racing se toma en contra de la voluntad, que no del voto, de muchas personas del PP. Muchos no eran partidarios de ese tipo de acciones. Pero existía un odio visceral al PRC por parte de Ignacio Diego. Y después de conseguir la mayoría absoluta, lejos de la magnanimidad y de la sensatez propia de quien gobierna, optó por ese afán destructivo. Tenía que acabar con el PRC y con su legado. Él lo veía como una vía para repetir la mayoría absoluta de 2011. Pero Cantabria puso las cosas en su sitio. Esa manera de comportarse, ese odio, esas formas, le pasaron factura en las urnas. El pecado de orgullo se paga con la ceguera mental. Lo tengo clarísimo.

¿Tiene que pedir perdón el PP entonces?

(Hace una pausa para pensar) A mí me basta con el desenlace y con la cantidad de personas que me están testimoniando su alegría. Pero por otra parte, vengo muy curtido y la otra mejilla la ha puesto ya en demasiadas ocasiones. Ahora ya no toca volver a ponerla. Es más, no sé si esas personas que tienen que pedir perdón lo necesitan para seguir con sus vidas, para seguir difamando o calumniando. El perdón no es una palabra es una actitud, y no es válido si no va acompañado de una reparación.

¿Podemos también?

Defendieron su planteamiento polític y no tengo ningún problema con ellos. Como espectador sí creo que bastante tienen con lo suyo y deberían ocuparse de ello. A los podemitas con escaño en el Parlamento les deseo que desempeñen su cargo con responsabilidad y dignidad y que muchos años después puedan decir que están limpios de polvo y paja.

¿Ha llegado a dudar de la imparcialidad de la Justicia?

No creo que en los anales políticos de la región haya habido una persecución de forma tan continuada a una persona. Han sido diez años seguidos y he salido airoso de todo. No he dudado de la Justicia, pero sí creo en su reforma. ¿Ahora qué? ¿Vale todo? Pues no. El auto es impecable y magnífico, pero echo en falta otro auto que exija responsabilidades penales para aquellos que perdieron en los tribunales. A ellos nos les sucede nada. Les sale gratis. Por eso esa reforma está pendiente. No es aceptable que un magistrado sea elegido por los parlamentos autonómicos. Jamás de los jamases volveré a participar en esas tomas de decisión, porque luego nos encontramos con situaciones tan sorprendentes y censurables como que una magistrada se anuncie en la página web de un partido político, en este caso del PP.

¿Cree que la jueza Paz Hidalgo, instructora del caso Racing, ha querido hacer méritos políticos a su costa?

Bueno, en mayo de 2011, a las puertas de unas elecciones, se organiza aquella pantomima de la vistilla y se nos somete a la pena del banquillo a todos cuando está a punto de empezar la campaña. ¿Cómo se le puede llamar a eso? Eso tiene que desaparecer de los escenarios de la judicatura. No puede salir gratis.

¿Ha descubierto nuevos enemigos o amigos que le hayan decepcionado en estos años?

Sí, pero no más que lo que le sucede al resto de los políticos o de los mortales. Ha habido gente que ha dado la talla. Me he sentido protegido y querido por mi partido. En líneas generales.

¿No ha echado en falta el mensaje de apoyo de algún compañero en concreto?

En determinados momentos, frágiles y débiles somos todos. Pero la valoración general es positiva. Tanto de la Ejecutiva como de los militantes del partido. Las muestras de respaldo han sido continuas.

¿Se sintió traicionado cuando el bipartito, obligado por Podemos, decidió mantener a Cantur como acusación en el caso Racing tras las elecciones de 2015?

Había que dar ejemplo de dignidad y dejar las cosas como estaban, así que lo acepté sin ningún problema. Pero sí me sentí enormemente traicionado por el Gobierno del PP, aunque no me debía ninguna lealtad ni mucho menos. Y por Cantur. Presidí esa empresa publica durante ocho años, le dediqué muchas horas, la modernicé y dignifiqué la situación de sus trabajadores. Y luego fue ella la que me acusó. Desde el punto de vista humano y personal fue muy doloroso. Jamás lo he entendido.

¿Su partido o el Gobierno PRC-PSOE le deben algo?

Me considero pagado. He tenido el enorme privilegio de trabajar por Cantabria durante muchos años. He sido el consejero de Cultura más longevo.

¿Va a exigir ahora su regreso a la primera línea política?

No he dejado nunca la política. He seguido en el partido y lo único que me preocupa ahora son las clases que tengo que dar mañana en el instituto.

¿Pero quiere volver?

Los acontecimientos que se sucedan no los controlo yo, y tampoco tengo ningún afán en hacerlo. No soy una persona que necesite ni quiera un cargo por un sueldo. Eso te da libertad. El tiempo dirá cómo discurren los acontecimientos.

Revilla dijo tras su renuncia al escaño: "La vida política de Marcano no termina aquí. Volverá. Y no lo hará como un jefe de gabinete". ¿Le va a recordar sus palabras al presidente cántabro?

No hemos hablado de esto ni hemos necesitado hacerlo. Mi prioridad era ser discreto y prudente. Vamos a dejar que transcurran los acontecimientos. Estoy tranquilo, sereno y muy confiado porque siempre he hecho lo que tenía que hacer.

¿Descarta, entonces, ser consejero en este Gobierno?

Ni nos lo hemos planteado.

¿Cree que Revilla debe presentarse en 2019 o que el PRC necesita ya una regeneración?

Estoy convencido de que se va a presentar. Le conozco. Y va a ser muy bueno para el partido. Una vez que pasen las elecciones habrá que plantearse el futuro del partido. Pero necesitamos a Revilla tirando del carro en 2019.

El Gobierno busca ahora fórmulas para ayudar al Racing. ¿Está tropezando en la misma piedra?

Yo abogo por un proceso que ayude a todo el deporte. Me presto a ese debate de fortalecer las políticas deportivas.

No me ha contestado.

No estoy a favor de dar ayudas al Racing de forma individual. En el contexto de ayudas colectivas al deporte, sí. Sólo al Racing, no. Debemos hablar de todo el deporte de Cantabria.

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