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El Cuco y El Mazo abren paso a los ecologistas

El Cuco y El Mazo abren paso a los ecologistas

Asociaciones conservacionistas ponen el foco en canteras, marismas, encinares o parques naturales

mada martínez

Martes, 24 de enero 2017, 07:11

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Las obras del sellado del vertedero de El Mazo y de regeneración del terreno que ocupaban las viviendas de El Cuco, en las faldas de La Picota, saltaron a los medios hace unas semanas. Los trabajos eran un primer paso para devolver estos espacios al estado más parecido (nunca el mismo) que tenían en su origen.

Otros lugares de la región, modificados o intervenidos por la acción humana o degradados precisamente por la inacción, merecen, a juicio de colectivos ecologistas y ambientales, que se actúe. El impacto que juzgan es diverso: paisajístico, ambiental, dañino para el patrimonio. He aquí algunas de sus preocupaciones.

ARCA tiene un listado de lugares en los que priorizaría la actuación, un cambio de uso, labores de regeneración. Comienza con la urbanización de Cerrias, en Piélagos, viviendas a pie de mar con sentencia firme de derribo, «y cuyo impacto es similar al de El Cuco». Carlos García, miembro de ARCA, entiende que el impacto paisajístico de estas casas es brutal. Tras ejecutarse la demolición el terreno tiene que rehabilitarse, expone García. El PGOU de Piélagos recoge una previsión para convertirlo en zona de praderío, merendero y uso común.

Bajo lupa

  • Canteras El Gobierno ha consignado 100.000 euros en los presupuestos a modo de reserva para abordar la restauración de canteras abandonadas, o con actividad caducada, esto es, para una ejecución subsidiaria del plan restaurador.

ARCA también señala los aparcamientos de la Virgen del Mar (Santander) y el de Liencres, que invade el pinar y acecha el arenal, como dos ejemplos de «impactos visuales históricos». Sobre el segundo, García recuerda que llegó a hablarse incluso de «retranquearlo y llevarlo unos 500 metros hacia atrás».

En la asociación apuestan por una solución que esté a la altura de la calificación de Parque Natural, esto es, evitar la llegada en masa de vehículos hasta la playa.

Desde la Dirección General de Medio Ambiente coinciden en que podría estudiarse un plan en el que, como señala ARCA, se incluyan transporte-lanzadera, sendas, que preserve la zona. Puede haber una solución cercana. Medio Rural recuerda que el Parque de Liencres enfrenta este año un hito histórico: la aprobación del Plan de Ordenación de Recursos Naturales, que conllevará su ampliación.

ARCA

  • Cerrias (con sentencia de derribo), aparcamientos de la Virgen del Mar y Liencres, pista forestal de Sejos y carretera de Golbardo. Pide máxima protección para los Parques de Oyambre, Liencres y Saja-Besaya.

ARCA mantiene el foco en los Parques Naturales de Liencres, Oyambre y Saja-Besaya. Deben protegerse como requiere su denominación. Aquí, las competencias recaen en Medio Rural. Su titular, Antonio Lucio, coincide en que hay que mantener el control, y señala algunas medidas que se ejecutan desde su departamento: en Oyambre hay en marcha un proyecto de restauración de la marisma de El Rubín (con Costas y la empresa ENCE), preparan otro para rescatar la concesión de la marisma de Pombo, y se colaborará en la recuperación de la variante de Oyambre.

Los ecologistas señalan también la pista forestal de Sejos por ser excesivamente ancha (17 metros) y por ser un problema para los ganaderos de la zona.

Fundación Naturaleza y Hombre

  • Es preciso prestar atención a marismas; canteras a cielo abierto y encinares relictos (cuya problemática suele ir pareja); prados y pastizales abandonados por toda la región.

Canteras

Las canteras ocupan un capítulo aparte. Aquí, ARCA y Ecologistas en Acción coinciden en que en la región van por libre. «No lo hemos visto así en ninguna otra comunidad», remarca Carlos García. Desde Ecologistas en Acción, Bernardo García, denuncia la cantera de Revilla de Camargo, paralizada y pendiente de ejecutarse su plan de restauración (es obligatorio que la empresa explotadora lo presente) aprobado en 1996. Desde Ecologistas se indica sin ambages que es una cantera peligrosa.¿Por qué? «Como cantera está totalmente degradada, y ahora se usa como vertedero».

Seo Birdlife

  • Espacios posindustriales y mineros, y canteras. Especial atención requieren la cuenca baja del Besaya; superficies en torno a la S-30 y S-20, entre Nueva Montaña y Camargo; terrenos invadidos por plantas invasoras.

ARCA, por su parte, señala dos canteras que a su juicio degradan el entorno: la de Santullán (en Castro Urdiales y en activo), y Las Canteras, en Puente Viesgo (activa, con un plan de restauración aprobado en 1995), esta última porque acecha al patrimonio prehistórico dada su proximidad a las cuevas de Castillo.

Tanto SEO-Birdlife como la Fundación Naturaleza y Hombre encienden un potente foco sobre áreas como las marismas, los bosques o praderíos, sobre las parcelas que se llenan de especies invasoras.

Felipe González, de la SEO, indica que, aunque Cantabria tiene una larga trayectoria de intervención ambiental (Plan de Restauración de Áreas Degradadas o el programa ECOAstillero 21, entre otros) hay lugares prioritarios: áreas posindustriales, espacios mineros, canteras. Cita en concreto la cuenca del Besaya, con multitud de terrenos degradados. También apunta a las Marismas de Santoña, que están llenándose de plumeros (el Gobierno acaba de aprobar el primer plan antiplumero). González exige coordinación administrativa para enfrentar las actuaciones.

Ecologistas en Acción

  • Antigua cantera de Revilla de Camargo hoy paralizada, entre otras razones por la cantidad de escorias de la industria siderúrgica que acumula. «La administración tiene que intervenir sí o sí».

Por su parte, Antonio Urchaga, de la Fundación NyH, apunta a la Marisma de Alday, a canteras y bosques de encinas cuyo mal estado va unido en muchos casos. Urchaga cita los siguientes encinares: Peñas Negras (Maoño), que «necesita acciones de mejora y conservación», El Monterín (Igollo de Camargo), o el encinar de Escobedo, junto a la cantera de Bilbao (restaurada como rocódromo); también menciona prados y pastizales abandonados que abundan en toda Cantabria, empezando por el Valle del Mira y acabando por Liébana.

Vertedero de Potes y Castro Cillorigo

La Dirección General de Medio Ambiente trabaja en un proyecto triple: el sellado y recuperación ambiental del vertedero de Potes, clausurado hace ya unos años y punto receptor de escombros de construcción; y el acondicionamiento (simultáneo) de un espacio alternativo para los vertidos en Castro Cillorigo. La actuación comenzará a ejecutarse este año, y la financiación procederá del ingreso extra que recibe el Gobierno regional por la gestión de los residuos que deposita el Consorcio de Guipúzcoa en el vertedero de Meruelo. El presupuesto de gasto previsto para sellar y recuperar el vertedero de Potes por parte de MARE, la empresa pública encargada del proyecto, asciende a 420.890 euros; y el presupuesto para acondicionar la EDAR (estación depuradora) de Castro Cillorigo, para así gestionar los residuos de construcción y demolición de la zona de Liébana, añade otros 75.000 euros. Reinvertir parte de este dinero extra en un proyecto con tintes socioambientales, recuerda el director general Miguel Ángel Palacio, es un compromiso adoptado por la administración que se materializará en Potes.

Este proyecto enmienda, de algún modo, lo fallado en noviembre: una sentencia del Supremo exige a Cantabria devolver unas subvenciones otorgadas en 2009 por demorar ciertas actuaciones, entre ellas, la clausura del basurero de Potes. Por otro lado, el departamento de Palacio también acometerá este año la regeneración de espacios en Ampuero, Corvera de Toranzo o Marina de Cudeyo con partidas del programa de intervención en áreas degradadas.

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