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Zona de obstetricia.
La nueva maternidad de Valdecilla da a  luz a más de 2.000 bebés en siete meses

La nueva maternidad de Valdecilla da a luz a más de 2.000 bebés en siete meses

La Unidad de Alta Resolución Obstétrica (Uarho) se convierte en "la piedra angular" del servicio y permite reducir un 70% los ingresos por hospitalización prenatal

Ana Rosa García

Domingo, 12 de febrero 2017, 08:31

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Con el nacimiento de Ahmed Adam, el 14 de mayo de 2016, se estrenaba la nueva maternidad de Valdecilla, el mismo día que se cerraba del todo el emblemático edificio de la Residencia, cuna de los cántabros durante casi medio siglo. Desde entonces, en los paritorios de las Tres Torres han dado a luz más de 2.000 mujeres. Al cierre de diciembre, la lista de alumbramientos ya alcanzaba los 2.031, que junto con los registrados en 'la Cantabria' en los meses previos a la gran mudanza engrosan el balance anual hasta los 3.213, cifra aportada directamente desde el servicio de Ginecología y Obstetricia. Si a la lista se añaden los partos atendidos en el Hospital de Laredo (446, frente a los 456 de 2015) y en la Clínica Mompía (480, solo siete menos que el año anterior), el total se eleva a 4.139, aunque el de nacidos será ligeramente superior porque faltarían por contabilizar los que son gemelos, en pleno 'boom' desde hace años como consecuencia del progresivo retraso de la maternidad, que obliga a recurrir cada vez más a tratamientos de fertilidad para ayudar a concebir cuando el reloj biológico falla. Sin perder de vista ese apunte, la comparativa de estos datos provisionales con los del año anterior -236 menos- indican que la tendencia descendente de la natalidad iniciada en 2009 continúa en la misma línea.

Uno de los grandes cambios que trajo consigo la apertura del nuevo Valdecilla fue precisamente el área de obstetricia, que no solo renovaba por completo unas instalaciones que en la Residencia se habían quedado obsoletas, sino que introducía novedades en la organización y funcionamiento del servicio. "Las experiencias de dar a luz en uno y otro sitio son totalmente diferentes", declara una de las primeras en comprobarlo, Verónica Rodríguez (36 años), madre de dos niños -Pablo y Álvaro-. El primero nació en 2012 por cesárea programada, "y todo fue muy bien, no tengo ninguna queja del personal". Guarda un recuerdo entrañable porque con Pablo cumplía por fin el sueño de ser madre, que hasta en cuatro ocasiones se había frustrado. "Al final, estás tan feliz que las condiciones del hospital en esos momentos es lo de menos", apunta. Sin embargo, reconoce el "repelús que me daba meterme en las duchas de la Residencia, con chanclas, el inconveniente de no tener intimidad en la habitación, porque la compartías con otra familia (incluido el baño), y ¡las noches que pasó mi suegra en aquel incómodo sofá por acompañarme!". Situaciones que han cambiado "como de la noche al día" en el nuevo hospital.

El 14 de junio, con el traslado reciente aún, nació Álvaro, "en una noche jaleosa de partos". "Conmigo les tocó correr, estaba ya de 41 semanas -¡para explotar!- y llegué con casi 9 centímetros de dilatación. Fue todo genial. Desde luego las instalaciones no se parecen en nada a lo de antes: estás en una habitación nueva, individual, con tu propio aseo con ducha, y también el acompañante está mucho mejor", destaca Verónica. Su opinión coincide con la impresión generalizada percibida por el personal de enfermería, tanto en el bloque obtétrico como en la planta de maternidad, y así se ha plasmado en la primera encuesta de satisfacción realizada a las parturientas en la nueva ubicación.

La supervisora de Enfermería del bloque obstétrico, María Fernández, destaca que "el gran cambio" para las mujeres ha sido el propio funcionamiento de la unidad, con el que "han ganado intimidad y comodidad en el proceso del parto". Así, "en la Residencia pasaban por tres estancias diferentes: en una habitación transcurría el periodo de dilatación, de ahí pasaban al paritorio y, después, a otra sala para el postparto, en la que estaban una o dos horas hasta que subían a planta. Ahora, en cambio, todo esto se realiza en una misma habitación, las UTPR (Unidades de Trabajo y Preparación al Parto) -el servicio cuenta con diez-, en las que la mujer puede estar en todo momento al lado de su pareja", detalla la enfermera.

Habitaciones individuales

"Disponer de una habitación individual durante toda la hospitalización postparto es una maravilla", declara Laura Linares, mientras amamanta a su pequeña, Alejandra, nacida el pasado jueves, apenas unas horas antes de esta conversación. "Estamos encantados, ya no solo con las instalaciones, sino con el ambiente, mucho más tranquilo, y con el trato de todo el personal. La verdad es que no tiene nada que ver con mi recuerdo de la Residencia, donde dí a luz por primera vez en junio de 2014". La planta de maternidad -alojada en el cuarto piso de la torre D (la más próxima a la Escuela de Enfermería)- dispone de 24 habitaciones individuales, equipadas con baño completo y sofá-cama para acompañante. "La gente está muy contenta, valora todos estos cambios que han mejorado mucho las condiciones de la atención, sobre todo si se ha conocido la Residencia, que estaba antigua y muy deteriorada", añade Fernández. Su compañera Carolina Lechosa, al frente de la plantilla de enfermería de esta planta, subraya que "hablar de confort es hacerlo de descanso, una de las cosas que más agradecen las mujeres y la ventaja que más se ha notado con el traslado a Valdecilla".

Desde el punto de vista profesional, como explica el obstetra Juan Manuel Odriozola, "lo mejor que tenemos ahora es una estructura en una misma planta -la primera de las Tres Torres, donde se encuentra todo el área materno-infantil-, ya que ganamos en proximidad. A partir de la valoración de entrada, vemos si se trata de un parto de bajo riesgo, de alto o quirúrgico (cesárea) y podemos actuar con rapidez porque tenemos todas las opciones cerca, eso agiliza mucho el trabajo, ahora no hay compartimentos estancos".

Servicios integrados

Para Odriozola, "la organización estructural facilita la integración de los diferentes servicios, como ocurre con la Unidad de Neonatología, ahora también más cercana (en el mismo pasillo), lo que se traduce en una mejor asistencia tanto para la madre como para el neonato". Pero la 'joya de la corona', que ha supuesto una novedad respecto a la dotación existente en la Residencia, es la Unidad de Alta Resolución Hospitalaria Obstétrica (Uarho), en la que se asiste toda la patología próxima al parto, con una vigilancia más cuidadosa e intensiva de las embarazadas que la que se hacía en la hospitalización convencional. Tras estos meses de andadura, el responsable médico del servicio ya puede afirmar que "se han cumplido las expectativas con las que se puso en marcha la Uarho, convertida en el motor del servicio, en la piedra angular sobre la que pivota todo".

Dotada con cuatro camas, "ha permitido reducir un 70% los ingresos de hospitalización prenatal", destaca. En caso de cesárea programada, por ejemplo, esta unidad permite ingresar el mismo día, en lugar de pasar antes por la planta. Como retos de futuro, señala que "estamos pendientes de desarrollar el protocolo piel con piel en cesáreas de bajo riesgo, lo que va a ser un gran avance que humanizará la asistencia, aunque otra cosa es que la pareja pueda estar presente, que es otro cambio radical, que por ejemplo en el Hospital 12 de Octubre ya está implantado, pero que aún tardará más en llegar a Valdecilla".

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