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Imagen de la A-8, a la altura de Saltacaballo, tomada desde un helicóptero de la DGT.
Los accidentes se han reducido un 48% en el difícil tramo de la A-8 en el límite con Vizcaya

Los accidentes se han reducido un 48% en el difícil tramo de la A-8 en el límite con Vizcaya

Tráfico atribuye la caída de la siniestralidad en los últimos diez meses a la limitación de la velocidad a 80 kilómetros por hora, y a un paquete de medidas que incluyen un segundo radar

Mada Martínez

Domingo, 19 de febrero 2017, 15:24

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Las medidas adoptadas para atenuar la siniestralidad en el tramo de la A-8 entre Castro Urdiales y el límite con Vizcaya funcionan. Aun pulverizando con una capa de prudencia sus declaraciones, aun sabiendo que la circulación no escapa a la casuística, el jefe provincial de Tráfico, José Miguel Tolosa, no puede evitar mostrarse "satisfecho" con los datos registrados en esos doce kilómetros de la Autovía del Cantábrico en los últimos diez meses, en concreto desde que se instalara el segundo radar en dirección al País Vasco, y desde que se impusiese una velocidad máxima de 80 km/h en el tramo. Estas medidas se complementaron con mayor presencia de la Guardia Civil, el helicóptero Pegasus sobrevolando con más frecuencia la zona, con la mejora del asfalto, del balizamiento y la señalización. Llevó su tiempo y sus reuniones a varias bandas la Dirección Provincial, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y la Demarcación de Carreteras determinar qué acciones emprender, y arreciaron las críticas de algunos usuarios de la vía, pero Tolosa puede contrarrestar hoy esa dificultad inicial con dos porcentajes: el número total de accidentes se ha reducido en más de un 48%, y la gravedad de los mismos (es decir, el número de heridos) ha descendido en más de un 82%.

  • Los datos

  • Abril 15-Enero 16 / Abril 16-enero 17

  • Accidentes 141 / 73

  • Fallecidos 0 / 0

  • Heridos graves 7 / 0

  • Heridos leves 52 / 11

En Tráfico han obtenido estos porcentajes comparando los últimos diez meses (de abril de 2016 a enero de 2017) con el mismo periodo entre 2015 y 2016. Ha contabilizado el número de siniestros y sus consecuencias entre los complicados kilómetros 139 y 151 de la A-8, y el resultado ha sido el siguiente: entre abril de 2015 y enero de 2016, se registraron 141 accidentes que no causaron ningún fallecimiento, pero sí siete personas heridas graves y un total de 52 de carácter leve. En el mismo periodo de 2016-2017, los accidentes se redujeron a 73 (y no se registró ninguna muerte, ningún herido grave, y sólo 11 personas resultaron con daños leves).

Tolosa se permite hacer un balance en positivo pasados estos diez meses, que ya son un periodo de medición fiable. A los tres de reducirse la velocidad, Tráfico ya podía presumir de un radical descenso de los siniestros (un 77% menos en total por aquel entonces), pero la lectura se hacía con mucha distancia.

Ahora, en Tráfico ya se respira cierto optimismo. Este tramo traía de cabeza a las Administraciones implicadas. Más de 49.000 conductores circulan a diario por el mismo (en ambos sentidos, según datos del IMD de 2015), la siniestralidad en los últimos años era preocupante. En ese tramo, extrañamente uno de los más baratos cuando se construyó la A-8 (Agroman lo ejecutó por 3,4 millones) llegaron a producirse un tercio de todos los accidentes de la autovía: 72 en 2012; 104 (2013); 135 (2014), o 159 hace dos años.

En sólo cuatro años, la siniestralidad se había disparado un 121%. Había que tomar medidas y esperar a ver qué frutos daban. La Jefatura Provincial de Tráfico, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y la Demarcación de Carreteras (Fomento) decidieron adoptar en marzo de 2016 hasta nueve acciones encaminadas a aumentar la seguridad vial en la zona. Las más llamativas fueron un segundo radar (en el kilómetro 143,6, dirección Vizcaya, con tecnología más precisa que el primero) y la disminución de la velocidad a 80 km/h entre los accesos a Castro y el límite con Vizcaya. La Administración sacó la caballería, aquel tramo se enconaba. Por un lado, se reforzó la presencia policial con más agentes de la Guardia Civil en la zona, y de su radar móvil; además, ese tramo de la A-8 "se incluyó en las rutas de patrullaje del helicóptero Pegasus" (aproximadamente, indican en Tráfico, una vez a la semana). Por otro lado, se acondicionó la zona para tratar de hacerla más segura: se reforzó la señalización vertical y horizontal con señales luminosas, balizas; se trató el pavimento para elevar adherencia al asfalto; se transformaron las cunetas para evitar vuelcos, y se instalaron dos avisadores luminosos para alertar sobre la velocidad. Otra de las medidas fueron dos para controlar el uso del cinturón de seguridad.

Al principio, y sobre todo con respecto a la limitación de velocidad, la aceptación fue regular, y parte de los usuarios que diariamente hacen uso de la autovía despotricaron en foros y webs contra esta medida.

Denuncias y radares

Tolosa contrapone ahora las estadísticas al cabreo inicial. Estas también incluyen las sanciones fruto del trabajo de los radares. Aquí realizar comparativas entre años y portales es bastante difícil dado que los aparatos han sufrido constantes averías o han estado en proceso de revisión (que puede durar hasta tres meses). En cualquier caso, la Dirección Provincial de Tráfico insiste en que no hay afán sólo recaudatorio en estos portales, que lo que buscan es la disuasión, que los conductores levanten el pie del acelerador. Tolosa considera que los radares han provocado ese efecto, y añade también al combo la concienciación social.

La nueva cabina situada en dirección Vizcaya entró en funcionamiento a finales de marzo de 2016, si bien no empezó a denunciar hasta el 1 de mayo, momento que coincide con la entrada en vigor la reducción a 80 km/h. Este radar únicamente ha realizado 831 denuncias en todo este tiempo, y esos datos parecen tener mucho que ver con las averías sufridas; concretamente, el portal se mantuvo a cero durante cuatro meses: junio, julio, agosto y octubre de 2016.

Con el otro radar se pueden comparar datos de mayo a diciembre de 2015 (cuando se circulaba a 100 km/h) con las cifras de mayo a diciembre de 2016 (cuando la velocidad se redujo a ochenta), pero las averías del aparato provocan que los resultados sean fragmentos inconexos. En el primer periodo, el portal emitió 13.176 sanciones, aunque sólo funcionó durante los meses de junio, julio, noviembre y diciembre (por estar deteriorado o en tiempo de revisión periódica, informa Tráfico). En el segundo periodo, la cifra de multas ascendió a 17.364, pero el contador se mantuvo a cero la mayor parte del mes de octubre, y también en noviembre y diciembre.

La única comparativa completa, y que desde la Dirección provincial de Tráfico se considera fiable, es entre los meses junio y julio de ambos años. El total de denuncias en estos meses de verano de 2015 fue de 11.231; en 2016, de 10.229. Un 9% menos de un año y con el cambio de limitación de por medio.

José Miguel Tolosa ya tiene datos para respaldar con prudencia, algo que no se cansa de repetir la efectividad de las nueve medidas tomadas e marzo de 2016, y para poder contrarrestar las suspicacias iniciales de los conductores. "Ahora, a seguir trabajando, a mantenerlo". A quienes lamentaban que llegarían más tarde a su destino, el jefe de Tráfico replica que el tiempo extra del trayecto es de 100 segundos. Ni dos minutos.

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