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Unidad de verdad

ángel cuadrado

Viernes, 24 de febrero 2017, 12:18

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Hace casi año y medio me convertí en la humilde cabeza visible de un movimiento dentro del Partido Popular de Cantabria que advirtió que, de alguna forma, estábamos perdiendo el pulso de la iniciativa política, aun siendo el partido más votado de la región. Hablamos ya entonces de una "evolución" que debía ser, de manera lógica, una sana "revolución".

Desde entonces nuestro grupo se ha ido enriqueciendo con afiliados y simpatizantes de todos los rincones de Cantabria, que comparten la idea de construir entre todos un partido renovado desde la discrepancia respetuosa para crecer, para aportar y no para restar; ejemplares en las formas y en los hechos; aspirantes a dirigir un partido desde la unidad y no desde el enfrentamiento. Una renovación que no está reñida con la experiencia política y que no dé la espalda a nuestra historia y a quienes hicieron posible que el Partido Popular haya conseguido los mejores resultados de la historia de la democracia en Cantabria, pero que al mismo tiempo integre y dé oportunidad a nuevas personas a participar en este proyecto para Cantabria y para España que representa el Partido Popular.

Nuestro partido ha sido capaz de afrontar con valentía todos los retos y todas las dificultades. Hemos encarado con realismo los momentos difíciles que se han presentado a la hora de gobernar en España y en Cantabria, y con este mismo realismo y valentía propongo que afrontemos el necesario proceso de renovación que he venido demandando.

Estamos inmersos en un proceso de democracia interna con el objetivo de lograr una formación más fuerte, útil y renovada para nuestros ciudadanos. Buscamos construir entre todos un partido mejor. Y se lo debemos a cuantos han confiado en nosotros. No olvidemos que nuestro partido ha sido el más votado de Cantabria, a pesar de lo cual no hemos conseguido gobernar. Y precisamente "gobernar" es la lógica aspiración de un partido que tiene el proyecto y los equipos capaces de hacerlo, contando con todos porque todos son necesarios.

Por eso no voy a irme por las ramas a la hora de calificar lo que está pasando en las últimas semanas en el seno de mi partido: creo que la escenificación del enfrentamiento entre el presidente y la secretaria del PP de Cantabria se aleja de lo que quieren nuestros afiliados y, sencillamente, no es el camino para la sana renovación que necesitamos y de la que vengo hablando y escribiendo desde hace más de año y medio.

Quienes compartimos estas opiniones intensificamos los contactos con afiliados y simpatizantes semanas antes del Congreso nacional de nuestro partido y a partir de entonces hemos venido sumando apoyos día a día, probablemente ante lo poco edificante de la pugna trasladada a los medios de comunicación que, sin duda, decepciona a los votantes y entristece a nuestros afiliados y simpatizantes.

Proponemos reiniciar el camino y conformar una candidatura que pueda presentarse al próximo Congreso autonómico como lo que somos: un partido fuerte y unido, integrado por personas, con sus aciertos y errores, pero con el único objetivo de hacer de Cantabria y de España un lugar más próspero para la ciudadanía.

Rectificar es de sabios, y creo que ha llegado el momento de hacerlo, sumando y no excluyendo; con espíritu crítico, pero sin fracturar el partido, es decir, con una alternativa de unidad. Por ello vamos a seguir hablando con nuestros afiliados y simpatizantes, vamos a seguir transmitiendo estas ideas, y si nos creen dignos de merecer su confianza, presentaremos nuestra alternativa en el próximo Congreso, donde lo determinante no sea a quién sean afines los integrantes de la lista o qué lugar ocupen en ella, sino cuáles sean los ideales y proyectos que les unan, abiertos a la incorporación de cuantos formamos parte del Partido Popular de Cantabria.

Como decía al principio, yo solo soy un humilde afiliado que persigue una idea: que el Partido Popular merezca la confianza mayoritaria de los ciudadanos, porque seamos capaces de demostrar que hacemos lo que decimos, y decimos lo que creemos que es lo mejor para todos. Sin arrogancia, pero con firmeza. Sin renegar del pasado, pero viviendo en el presente. ¡Ojalá muchos lo compartan y se sumen a edificar sin dividir!

(publicado en la edición impresa de El Diario Montañés el 20 de febrero de 2017)

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