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Los Galipoteros, en plena actuación
"Estamos aquí por el público"

"Estamos aquí por el público"

Las murgas participaron en una exhibición ante la ausencia de concurso, agradeciendo "el apoyo que nos presta la gente año tras año"

Ana Cobo

Lunes, 20 de febrero 2017, 07:14

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Una exhibición por el pueblo y para el pueblo. Los murguistas que se subieron en la noche del pasado sábado al escenario de la Plaza de San Antonio de Santoña lo hicieron por el público. Ése que les arropa año tras año, que les aplaude y grita hasta desgañitarse y que nunca ha faltado al respeto a su trabajo. Por ellos, dejaron a un lado el conflicto que han mantenido el último año con el Ayuntamiento de Santoña por las irregularidades cometidas en el certamen de la pasada edición y pisaron las tablas para mostrar lo que mejor saben hacer: cantarle al carnaval. Y desde ahí arriba expresaron su unánime deseo de que «esto pase», se solucione, y «volvamos el año que viene» para hacer aún más grande el concurso de murgas.

La noche fue un viaje en el tiempo por esta colorida fiesta. A excepción de Las Marchosas, que presentaron una murga y disfraz inéditos, el resto de las agrupaciones recordaron sus letras más míticas entremezcladas, en algunos casos, con estrofas pegadas a la actualidad.

El telón lo levantaron los Amigos de Chechu que rescataron la murga 'Vaporzuco', que interpretaron en el 2014 ataviados de los marineros que salían a faenar en los antiguos barcos de vapor. Rememoraron varias de las canciones de entonces, pero también parodiaron la misteriosa bonoloto que tocó el año pasado en Santoña, se acordaron del cara anchoa y hasta hablaron de los efectos de la nueva viagra femenina, sin olvidarse de las elecciones de Estados Unidos.

Sin cronómetro, sin competición, y sin un jurado enfrente todos los murguistas estuvieron más sueltos que nunca, intercambiándose de posición en el escenario, divirtiéndose y gastando bromas con el público.

La novedad llegó con Las Marchosas. Esta agrupación ha sido la única que no apoyó el escrito para anular el concurso del año pasado, desmárcandose del resto de sus compañeros. Por eso, acudieron con una murga nueva con la que fueron muy reivindicativas. Disfrazadas de panaderas tiraron sus dardos a aquellas murgas que les felicitaron en la pasada edición por llegar por primera vez en su historia a la final y luego, a la espalda les han criticado, defendieron que ellas siempre van a estar ahí para cantar al carnaval que tanto quieren y homenajearon a los grupos locales Los bailones y Las Delfines por darlo todo con sus coreografías.

«Os lo merecéis todo»

Los Makys acudieron a esta exhibición como pescadores, una murga que les aupó a la final en el 2013. Tras la presentación, se cambiaron, y sus componentes lucieron sus disfraces más emblemáticos de nadadoras sincronizadas o de abejas mayas cantando coplas de aquellos años. El presidente de Los Makys, David Alonso, dijo que «era un placer estar aquí cantando, con la gente que nos ha apoyado año tras año. Os lo merecéis todo. Nos despedimos con la esperanza de que todo esto mejore algo y poder daros un espectáculo como todos los años». Palabras refrendadas con un aplauso de los propios murguistas al público asistente.

Su relevo lo cogieron Por fin Juntos que repitieron la dinámica de la noche viajando en el tiempo con coplas y pasodobles de otras ediciones y sacando del baúl de los recuerdos sus disfraces de Heidi, cocineros, niña del exorcista o Elvis. Como el resto, confiaron en que «el año que viene haya concurso» y expresaron su placer de cantar al público.

Los Galipoteros abrieron las puertas de su museo para desempolvar algunos de los trajes que han lucido desde 1984. El inolvidable hombre rana, el ventrílocuo con su muñeco, el conejo de Duracell y hasta la operadora de Gordafone volvieron a cobrar vida. Los Galipoteros alzaron sus voces para denunciar las votaciones «ilegales y manchadas» del pasado certamen y señalaron al presidente del jurado «por cargarse el concurso y la ilusión de los murguistas». Se acordaron de la «santa movida» que formaron con su disfraz de fachas saliendo en todos las televisiones y apelaron a la libertad de expresión porque «el carnaval es la fiesta de la libertad». Y antes de despedirse dijeron que «estamos aquí 100% por todos por vosotros, que no podéis estar sin murgas al igual que nosotros. Sois el mejor público del mundo».

Y la noche de exhibición regaló un momento para la historia del carnaval. Tras más de 15 años con sus voces apagadas, Los Vinikis, la murga señera de los 80 y 90, volvió a subir al escenario envolviendo la carpa de nostalgia al traer al presente letras de cuando salieron de legionarias, conserveras y de rosas civiles. Al término de su actuación, nombraron socio y viniki de honor a su integrante José Ángel Valle (Pegotín), entregándole una placa por la creación de coplas, versos, música y murgas como la de 1983, que se ha convertido en himno del carnaval.

En la mañana de ayer actuaron las murgas infantiles demostrando que la cantera viene pegando fuerte. Los Cartulinas salieron de orquídeas, los Majaretas de princesas y caballeros: desde Bollywood llegaron los Galis mientras que los Notas se convirtieron en la coral del pueblo.

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