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La puesta a punto de los barcos también incluye un lavado de cara, como la mano de pintura a pistola que se realiza en la cubierta de un cerquero.
La flota se pone en danza

La flota se pone en danza

Los cerqueros salen a la mar y los de artes fijas lo harán el día 27 para afrontar la primera costera del año mientras el patrón mayor continúa clamando por el dragado

Teodoro San José

Lunes, 20 de febrero 2017, 15:58

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El electrocardiograma del puerto de Santoña comienza a recobrar las constantes vitales después de tres meses de hibernación al abrigo de temporales y mares de fondo. Lo cierto es que, aunque al ralentí, nunca ha faltado actividad en sus muelles, pero es en estas fechas cuando de verdad se despereza y recupera el trajín propio de un oficio que vive al ritmo biológico que marca la mar. Y ahora que se aproxima la secular hora de faenar el verdel como siempre lo fueron en las postrimerías de febrero y el mes de marzo, el puerto rebosa vitalidad y vuelve a poner las esperanzas en esta costera y en las de bocarte y bonito, amén de la sardina y de otras especias variadas, campañas de las que en Santoña viven directamente más de trescientas cincuenta familias, desde tripulantes y rederas a empleados de la Cofradía o asistentes a pie de muelle. El puerto es el pulmón por el que respira la actividad industrial de la villa, y en torno a la pesca se mueve otras muchas decenas de manos de obra que, de forma indirecta, dependen de lo generosa que sea la mar y también de que la flota pueda arribar a Santoña con las bodegas bien cargadas.

Entre los 26 barcos que hay censados en la Cofradía (uno menos que el pasado año, tras la baja del Nuevo Paquita Pérez, que se fue para Galicia) suman en torno a 300 tripulantes. Todos ellos, junto a armadores y patrones, han venido poniendo a punto sus embarcaciones, como es costumbre en estos meses de inactividad en el agua. Pintura, limpieza, engrase, recambios, reposición de piezas, arreglos de artes, instalación de nuevos equipos... todos se han afanado por dejar los barcos presentables de aspecto y a punto para faenar.

La flota de cerco está en danza desde hace algunas jornadas. Ya ha salido a verdel, pero con capturas de momento muy escasas. Y la de artes fijas lo estará de aquí a una semana, el día 27.

La ilusión de todos ellos es que al final de año se mejores los resultados obtenidos en 2016. En la lonja santoñesa subastaron 9.214.000 kilos que generaron 11.676.000 euros. Unas cifras "discretas", en palabras de Miguel Fernández, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Santoña, pues recuerda no sin cierta envidia las cifras de 2015, cuando cerraron el balance de la lonja con 15 millones de euros. "Son casi cuatro millones menos", recuerda el patrón mayor, que escuecen tanto por el lógico efecto en la contabilidad como por la desazón que lo provoca.

Y aunque las propias pesquerías son impredecibles respecto a dónde aparecen y en qué cantidad, circunstancias que también tienen su reflejo en las descargas, lo que le duele a Fernández es que la entrada al puerto de Santoña provoque cierta desconfianza entre los patrones foráneos. El recelo por la situación de la canal es tal que algunos no atreven a entrar por miedo a encallar: "El año pasado durante la costera no entró ni un barco de fuera a desembarcar bonito a la lonja de Santoña. Ni uno", enfatiza el patrón mayor.

Incluso los barcos de casa, en determinadas situaciones de marea y según como regresen con la bodega repleta, "ponen rumbo a otros puertos por miedo a tocar abajo", señala Fernández. Como consecuencia, el puerto santoñés se priva de negociar esas capturas. "Esto, lógicamente, nos acarrea pérdidas. Nuestra lonja deja de ingresar mucho dinero", se lamenta.

La limpieza de la canal es la asignatura pendiente del puerto de Santoña. De ahí que, si no hay "un dragado en condiciones", dice Fernández, "no podremos más que aspirar a mantenernos como el año pasado, que de momento da justo para conservar los puestos de trabajo y dar servicio a los barcos, que es nuestra misión. Pero si perdemos...".

Así que la lonja de Santoña más que a especializarse en bocarte, que también, o en cualquier otra especie de la flota de cerco, haya comenzado a diversificar su gestión con otros productos como negociar con barcos grandes para que entren en Santoña y vendan lo variado lo que, de momento, les permite no tener pérdidas.

Defensa del puerto

Con todo, el patrón mayor no deja de incidir en la importancia que tiene el dragado para el puerto de Santoña. Y quizá por ello no entienda que en el Parlamento regional se rechace una propuesta del PP de destinar 470.000 euros para realizar "un dragado especial" en aquella canal "y que el resto de partidos en el Ayuntamiento no se posicione en defensa del puerto". Miguel Fernández, reclama al Ayuntamiento "más firmeza y menos tibieza" en este asunto para conseguir que el puerto tenga una entrada más expeita y ello le permita mantenerse como uno de los pilares de la economía santoñesa. "Ysi esto no sirve, tiro la toalla. No vale de nada reivindicar. Mejor estar callado, y listo", sostiene. Porque también echa en falta que Obras Públicas ponga las boyas que faciliten la navegación por la canal:"Nos lo anunciaron el pasado año y siguen sin colocar. Estamos casi en marzo y aquí no veo nada. Confío en que lo hagan esta primavera".

Así las cosas, la flota santoñesa encara la costera del verdel con el ánimo puesto en repetir parecidas capturas a las del pasado año (o sea, dos semanas de faena) a la espera de la del bocarte que es la que, por cantidad y proximidad, marca la pauta. Ycon la del bonito, su patrón mayor espera cuando menos que los barcos puedan pescar en cantidad.

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