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Preciado regaló lecciones de entusiasmo por vivir en cualquiera de los lugares que pisó.
Un homenaje al entusiasmo por vivir
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Un homenaje al entusiasmo por vivir

El exjugador y exentrenador Manolo Preciado recibe a título póstumo el Premio Bahía Sur Cultural

Daniel Martínez

Viernes, 20 de enero 2017, 07:17

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Por si alguno duda de que el deporte, como el cine, la literatura, el teatro o la música, también es una manifestación de la cultura, la Asociación Bahía Sur Cultural, que ayer entregó a título póstumo su premio anual al exjugador y exentrenador Manolo Preciado, tenía otro motivo para justificar el galardón. Si por algo se caracterizó el cántabro falleció de forma inesperada a causa de un infarto en junio de 2012 fue por regalar lecciones de entusiasmo por vivir en cualquiera de los lugares que pisó.

Eso fue lo que destacaron de Manolín todos los que pasaron por ayer por el Casino de Santander, donde se celebró este homenaje uno más de cuantos han tenido lugar desde su inesperada muerte hace casi cuatro años y en el que participaron representantes de todos los clubes en los que vistió la camiseta o dirigió a la plantilla.

Cientos de personas acompañaron desde las 20.00 horas a los familiares de Preciado en un acto conducido por el periodista Pedro López y en el que, antes de escuchar en un vídeo los testimonios de personalidades como los exseleccionadores Vicente del Bosque y Javier Clemente, exfutbolistas como Butragueño y Amavisca, y periodistas como Juanma Castaño y Manolo Lama, se recorrió toda la trayectoria vital y deportiva del homenajeado. De ello se encargó el historiador del fútbol y colaborador de El Diario Montañés Raúl Gómez Samperio.

Desde su infancia en Astillero precisamente en la bahía sur donde nació un 28 de agosto de 1957 y donde creció en el seno de una familia "sin excesivas comodidades" y pasando por su juventud en el colegio Kostka y el instituto del Barrio Pesquero donde dio las primeras patadas al balón. "Y balones y carreras en los recreos escolares y en el equipo infantil del Sardinero y en los juveniles del Racing, club que le abriría el camino del profesionalismo", destacó Gómez Samperio ante la atenta mirada del hijo del homenajeado, Manu Preciado.

Desde el Rayo Cantabria, debutó en Primera con el Racing en 1978. "Era un lateral izquierdo rápido y buen marcador, con el secreto de saber anticiparse a su rival. Pero también destacaba en el vestuario. Era un gran compañero. Siempre leal, y siempre mostrando el aspecto más positivo y optimista, tanto en el orden deportivo como en el humano". Lo decía Gómez Samperio, pero los que le conocieron asentían. Después pasó por el Linares, el Mallorca, el Alavés y la Gimnástica. En Torrelavega fue precisamente donde cerró su etapa como jugador y abrió la de entrenador. Dirigió al Racing, pero gracias a esta faceta también se convirtió en un ídolo en Gijón por su tarea al frente del Sporting. El excompañero de Preciado Redondo intervino en nombre de la entidad asturiana, Manolo Higuera en nombre del Racing, Tomás Bustamante en el de la Gimnástica... En las sillas, siguiendo el acto, el actual entrenador del club verdiblanco, Ángel Viadero, jugadores del primer equipo como Raúl Domínguez el de Astillero le hizo debutar en Primera y representantes de la vida política como el exconsejero de Deportes Francisco Javier López Marcado o Bernardo Colsa, entre otros. Antes de entrar en el salón, las categorías inferiores del Racing y la Gimnástico realizaron una exhibición de fútbol en el exterior del Casino. La cantera que Preciado tanto defendió.

Todo un lema

En el acto volvió a repetirse una frase que después de que la pronunciara se convirtió en lema:"La vida me ha golpeado fuerte. Podía haberme hecho vulnerable y acabar pegándome un tiro, o podía mirar al cielo y crecer. Elegí la segunda opción". "Preciado nos dejó escrito un manual para ganar y para vivir. Lo hizo sobre el campo de fútbol, con sus carreras detrás del balón o sus instrucciones desde el banquillo. Pero también lo hizo en todos los demás aspectos de la existencia. Remontó el marcador adverso en situaciones que llevarían a cualquiera a la desesperación. Sufrió la muerte de su esposa, de su hijo y de su padre como si le amputaran las extremidades y órganos más vitales de su alma", recordó Gómez Samperio.

De esta manera, el nombre de un deportista, de un hombre de la cultura, se suma al del compositor cántabro Juan Carlos Calderón, el ilustrador José Ramón Sánchez y el director de cine y académico de la Real Academia de la Lengua Gutiérrez Aragón, que le precedieron como galardonados. "No lo dudemos nunca. También el fútbol es cultura y es arte. Es un ballet guiado por cánticos apasionados; una escena teatral en la que el desenlace final de la obra ni siquiera lo conocen sus autores o protagonistas; una alegoría de la fantasía más poderosa, en la que el insignificante gesto de correr tras un balón, se convierte en la hazaña épica más grandiosa de una nación", quiso remarcar Gómez Samperio en su reseña de Preciado, de nuevo presente entre los aficionados.

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