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El capitán blanquiazul, Mario, intenta llegar a un balón durante un partido en El Malecón.
La Gimnástica no se fía del Meruelo
fútbol-tercera división

La Gimnástica no se fía del Meruelo

El club blanquiazul quiere evitar la derrota ante un equipo casi descendido como pasó con el Naval la pasada temporada

ADELA SANZ

Domingo, 19 de febrero 2017, 10:12

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El primer día de enero de 1927, el capitán del MTK Budapest depositó un ramo de flores a los pies del busto de Pichichi en San Mamés. Desde entonces, todos los equipos que visitan por primera vez el estadio del Athletic repiten esa ceremonia, que forma parte de la tradición del club bilbaíno. En Torrelavega también son amantes de las costumbres y su equipo de fútbol tiene sus ceremonias, pero lo de la ofrenda floral a una de sus figuras no se cuenta entre ellas. De lo contrario, esta tarde (El Malecón, 17.00 horas), el capitán blanquiazul acompañaría al del Meruelo a cumplir con el ritual.

El club trasmerano ya había visitado El Malecón para medirse al filial blanquiazul, pero es la primera ocasión que lo hace para enfrentarse al primer equipo en el nuevo estadio. La mayor parte de su corta existencia -se fundó en 1999- ha jugado en Preferente y sólo en dos ocasiones, contando esta temporada, ha militado en Tercera División. Hace cuatro campañas logró el ascenso y debutó en la categoría, pero no coincidió con el actual líder, que por aquellas fechas estaba en Segunda B. El Meruelo no llega en su mejor momento. Penúltimo y cada vez más lejos de la salvación, presenta unos registros que no despiertan optimismo: es el equipo más goleado, el segundo que menos ha marcado y lejos de casa es el peor de todos, ya que sólo ha obtenido dos empates en trece encuentros.

Con esta carta de presentación, cuesta creer que pueda sacar algo de provecho en el campo del líder, aunque a su favor cuenta con la historia reciente de los blanquiazules. La Gimnástica ya perdió partidos parecidos a este cuando nadie se lo esperaba. Hace dos años lo ganó el Barreda y el año pasado el Naval, que por entonces malvivían, medio desahuciados, en la cola de la tabla. A pocos argumentos más puede agarrarse un equipo que, si todo transcurre con normalidad y a los locales no les da por dispararse en un pie, cuenta con muchas opciones de regresar a casa con los bolsillos vacíos.

Es probable que Chiri rote en la alineación a alguno de los habituales y reparte minutos entre los que menos juegan. Quienes salgan de inicio lo harán con la lección bien aprendida y con suficiente tensión competitiva.

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