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La imagen (tomada prácticamente desde el mismo punto de vista del grabado inferior) muestra el estado actual de la zona que antes ocupaba el lago, del que solo quedó el resto de una pequeña laguna, en el fondo de la cuenca.
Una nueva vida para el lago de Ándara

Una nueva vida para el lago de Ándara

La Confederación Hidrográfica del Norte da el visto bueno a sendos informes que avalan la restitución de un entorno que podría estar acabado para 2018, centenario del Parque

Pedro Álvarez

Sábado, 7 de enero 2017, 09:04

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El macizo Oriental del Parque Nacional de Picos de Europa esta más cerca de recuperar la joya natural que perdió hace un siglo diluida entre las comisuras de las piedras y pizarras que provocaron unas voladuras mineras.

Seguramente de aquí a poco más de un año el lago de Ándara volverá a reflejar las grises moles y el cielo azul para disfrute de los montañeros y excursionistas que suban hasta aquella zona, situada en terrenos del municipio de Cillorigo de Liébana.

Y es que la Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha dado el visto bueno a los dos informes que había solicitado respecto a si es viable la recuperación de ese antiguo lago natural emitidos por la Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo, y por el Instituto Geológico y Minero de España.

La noticia fue expuesta por Agustín Santori, director del Parque Nacional, durante la sesión ordinaria del Patronato que se celebró el pasado martes en la Consejería de Medio Rural. Santori calificó la noticia de «importante» por el paso adelante dado hacia la ejecución del proyecto de restauración del lago, y dijo que «si fuera necesario contar con un informe de impacto medioambiental, lo tendría que emitir la Consejería de Medio Rural». En cualquier caso, se ha desbrozado gran parte del camino y ya solo quedaría por concluir o ejecutar la redacción del proyecto, cuya obra se pondría en marcha a lo largo de 2017.

Regalo para el centenario

No hay fechas, ni plazos no al menos oficialmente para la conclusión de esos trabajos, pero no se puede perder de vista que en 2018 se cumple el centenario de la fundación del Parque Picos de Europa, y que un regalo para acompañar esa conmemoración sería ver ya en todo su esplendor el lago de Ándara.

Para su recuperación ya había destinada una partida económica para este año, dinero que, al no poderse ejecutar, pasará a formar parte del presupuesto del próximo año.

El de Ándara fue hasta principios del siglo pasado el lago de mayor superficie de Cantabria. Tenía una longitud de 325 metros y una anchura de 75 metros;la superficie estimada de la lámina de agua era de más de 20.000 metros cuadrados, con una profundidad máxima de 12 metros, que se ubicaba sobre un fondo de arcilla que lo hacía impermeable. Entre 1911 y 1924, a consecuencia de los trabajos de minería que se desarrollaron en la zona, el lago fue reduciéndose poco a poco ya que el intento por tener un lavadero subterráneo mediante una voladura, y la explotación masiva de la grieta de mineral, hicieron que se rompiera el vaso por la parte más baja. La actividad minera concluyó en 1929.

En mayo de 2011 Pedro Farias y Jorge Gallastegui, profesores del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, presentaron los estudios que habían realizado sobre el terreno y que dieron confirmaban que la causa de la desaparición del lago no se debió a fenómenos naturales. Al inspeccionar las galerías del entorno comprobaron el lugar donde se produjo la filtración debido a la voladura minera.

Cautela y esperanza

Jesús Cuevas, alcalde de Cillorigo de Liébana, se muestra cauto. Dice estar «cansado de que, tras seis años que lleva el proyecto en marcha, por unas causas o por otras no se logren avances», aunque reconoce que si se lleva a cabo la recuperación del lago «será una extraordinaria noticia para Cillorigo de Liébana y para toda la comarca;la zona, que ya de por sí es preciosa, pero bastante desconocida, se convertiría en un nuevo atractivo por los amantes de la montaña». Cuevas considera, además, que la recuperación del lago serviría «para diversificar la entrada de turismo en Liébana al Parque Nacional, que actualmente tiene su principal foco por Fuente Dé».

Eso sí, Cuevas deja claro que si se realizan los trabajos de recuperación y sellado con capas de arcilla u otros materiales, «el acceso no debe suponer una modificación de las pistas actuales que luego pueda permitir una llegada masiva de turistas en vehículos», en referencia a que se trata de una zona a la que «se debe de seguir accediendo a pie», bien desde Bejes (Cillorigo de Liébana), principal entrada al macizo Oriental, bien desde el Jito Escarandi, llegando desde la localidad lebaniega de Tresviso o Sotres (Asturias).

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