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Solo algunas tiendas pequeñas del centro abrieron en domingo
El pequeño comercio dio la espalda a la primera apertura dominical del año

El pequeño comercio dio la espalda a la primera apertura dominical del año

Solo las tiendas del centro abrieron, mientras que las grandes superficies y firmas lo hicieron a partir de las 12.00 de la mañana

consuelo de la peña

Lunes, 9 de enero 2017, 07:28

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La experiencia confirma que las aperturas dominicales en el sector comercial suponen un revulsivo para las grandes superficies, mientras que las tiendas de proximidad dan la espalda a este fenómeno porque bastante tienen con intentar reinventarse para hacer cuadrar sus cuentas. Ayer fue la primera de las diez aperturas en festivo o domingo autorizadas por el Gobierno cántabro para 2017, y fueron los grandes los que de manera mayoritaria abrieron sus negocios. «El comercio minorista prácticamente no ha abierto», confirmó a este periódico Gonzalo Cayón, el secretario general de la Federación del Comercio Coercán, que reúne a 2.500 asociados de las 9.000 licencias que hay en Cantabria.

Los pequeños y medianos comercios suelen abrir un único domingo al año, salvo raras excepciones, y es cuando cae previo al día de la festividad de los Reyes Magos. Pero este año ha coincido después de la Epifanía y del arranque oficial del periodo de rebajas, que por primera vez desde 2012 han comenzado en sábado, lo que «ha desmotivado al comercio minorista», señala Cayón.

En Santander, únicamente habían abierto algunos pequeños comercios del centro de la ciudad, mientras que las tiendas del Grupo Inditex, Mango y otras grandes firmas y enseñas lo hicieron de manera masiva, ya que consideran irrefutable el «éxito» de las aperturas dominicales, aunque evitaron facilitar datos sobre la afluencia de público. En Torrelavega, la apertura fue prácticamente inapreciable en las tiendas de proximidad.

El día no sólo resultó atípico por ser festivo, sino por los horarios. Las persianas no se levantaron hasta media mañana. A esa hora, «ya teníamos fila a la puerta con gente esperando para entrar», dice la encargada de Zara, en la calle Lealtad de Santander, aunque reconoce que, por bien que se dé, «la venta dominical es mucho más floja que la del primer día de rebajas. El sábado hubo muchísimo público».

Los pequeños comerciantes bastante tienen con resistir la avalancha de descuentos previos al periodo de rebajas que ofrecen las grandes firmas y superficies, los outlets y la venta online. Paula Gómez, de la zapatería Sparta, situada también en la calle Lealtad, a escasos metros de Zara, abrió ayer pero «más por costumbre y fidelidad con nuestro público que otra cosa», y lo hace con personal de la familia para «evitar costes añadidos». Su caso ejemplifica el de otras muchas pequeñas tiendas, que resisten con uñas y dientes los embates de las grandes cadenas. «Nosotros esperamos al día 7 para comenzar las rebajas, pero vemos cómo todas las cadenas llevan más de una semana con descuentos y eso se nota. Desde el viernes de descuentos (Black Friday) las ventas han ido a menos, y son inferiores a las del año pasado. Además, hace más de mes y medio que no llueve y eso en el calzado influye negativamente».

Cayón sostiene que las rebajas han servido durante décadas a las tiendas para liquidar su stock, pero «ahora es un poco locura tras la liberalización comercial aprobada por el Gobierno en 2012 que ha perjudicado al pequeño y mediano comercio». El responsable de Coercán estima que «la supresión del periodo de rebajas afecta al comercio minorista, que tiene que tener unas previsiones y unos plazos concretos para marcar sus temporadas. Con fenómenos como el viernes de descuentos y las promociones especiales el sector está revuelto, porque se ve obligado a seguir los pasos que imponen las grandes superficies».

Así, las rebajas han ido perdiendo fuelle entre los minoristas, aunque este año, en general, el arranque del sábado ha sido bueno, un día que también hubo «mucho cambio y devolución de los regalos de Reyes», comenta una dependienta del centro.

«Ya no son lo que eran», apunta Cayón. Las rebajas de invierno comenzaron este sábado de forma oficial, pero los grandes comercios ya celebraron el año nuevo con las primeras ofertas. Y otros tantos mantienen promociones especiales y continuos descuentos desde el 25 de noviembre, el famoso viernes de descuentos, que llegó con una campaña especialmente agresiva y permitió una primera oleada de compras, pero que provocó que las ventas de diciembre fueran más bajas de lo esperado. Una empleada de una de esas primeras firmas, que pide confidencialidad, subraya de manera muy gráfica que «el Black Friday fue el puntazo de la temporada, vendimos como un primer día de rebajas, y después hemos estado casi toda la temporada de promociones porque al final es la única forma de sacar adelante la temporada».

Pero las pequeñas tiendas «no nos podemos permitir poner un 50% de descuento antes de las fechas de las rebajas, ni siquiera el primer día de los descuentos podemos permitirnos ofrecer ese tipo de ofertas. Es una faena», reconoce la propietaria de la zapatería Sparta, de Santander.

La legislación española permite desde hace veinte años, mediante la Ley 7/1996, que cada comerciante fije las ventas en rebajas con la duración y en los periodos que desee. Además, la liberalización de los horarios comerciales, cuya regulación depende de las comunidades autónomas, ha contribuido a que la campaña navideña trace una línea desigual entre unos y otros establecimientos. La Confederación Española de Comercio (CEC) ha detectado este año una especie de 'efecto cadena' entre algunos que, no muy satisfechos con las ventas en invierno con excepción del empujón del viernes de descuentos, decidieron adelantar el periodo de descuentos. Una estrategia que en muchos casos han copiadosus vecinos.

En este sentido, Cayón sostiene que «la liberalización de las rebajas puede dar una idea equivocada del concepto de rebajas, que ha dejado de ser una forma de sacar los artículos de temporada que no se han vendido. Ahora, permanecer en el tiempo en plena campaña de descuentos duraderos trae como consecuencia que el consumidor se acostumbra a comprar en periodo de rebajas, y la superviviencia así va a ser muy complicada porque los márgenes son cada vez más estrechos».

El consumidor responde bien a estos reclamos, y el sábado acudió de forma masiva a los grandes comercios. La consultora ShopperTrak cifra en un 25% el aumento de la afluencia a centros comerciales. Noelia Sierra es una joven santanderina que este fin de semana se ha lanzado a la calle en busca de gangas, pero siempre en grandes superficies y negocios. Con un presupuesto de «unos 150 euros» para las rebajas, el sábado fue a Valle Real, «porque allí están todos los comercios juntos y es más cómodo». Ayer, rebuscaba en Zara «ropa de abrigo».

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