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Mariña Álvarez
Miércoles, 11 de enero 2017, 11:03
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La Policía Nacional ha confirmado que el cadáver encontrado esta mañana flotando en El Sardinero pertenece a Marcos Fabricio Paredes Menacho, el menor de 17 años que había desaparecido el sábado y cuya búsqueda se mantenía activa desde entonces.
A las diez de la mañana de este miércoles una persona que paseaba por la zona del Chiqui avistó un cuerpo en el mar y dio aviso a los servicios de emergencia. Efectivos de Salvamento Marítimo lo sacaron del agua y lo trasladaron en helicóptero hasta el aeropuerto, donde agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil procedieron a su necroidentificación. En poco más de dos horas concluyó esta tarea y la forense pudo proceder a tomarle las huellas dactilares para confirmar su identidad en el mismo aeropuerto. Después, el cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia. Fuentes de la investigación han asegurado que el cadáver no mostraba ningún signo que induzca a pensar en circunstancias extrañas entorno a esta muerte.
Se confirmaron los peores presagios
En un principio solo había trascendido que se trataba de un hombre joven de "identidad desconocida", que había sido encontrado en el agua "totalmente desnudo", negando las primeras informaciones que hablaban de que llevaba puesto un traje de neopreno que podría sugerir que se trataría de otra persona. No había indicios suficientes para confirmar o descartar que pudiera tratarse de Marcos Fabricio y se mantuvieron hasta el final todas las hipótesis abiertas, aunque todo indicaba, como finalmente así ha sido, que se trataba del menor que desapareció hace cuatro días de su casa en Santander -al parecer de forma "voluntaria"- y que estaba siendo buscado en las inmediaciones del Faro de Cabo Mayor y por toda la costa de la ciudad.
Ahora, las diligencias vuelven a manos del Cuerpo Nacional de Policía, después de que la Guardia Civil se hiciera cargo de la identificación del cuerpo al haber aparecido en el mar, que es de su competencia.
La denuncia de la desaparición recayó en el Juzgado de Instrucción nº 5 de Santander, que abrió diligencias y decretó el secreto de las actuaciones. Hasta que no se conozca el resultado de la autopsia que concrete la causa de la muerte, la jueza no determinará el archivo de las diligencias o, en su caso, la ampliación de la investigación.
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