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Santander prepara un lavado de cara para la Catedral

Santander prepara un lavado de cara para la Catedral

Se recuperará la parte de la muralla que queda en pie del Castillo del Rey, que forma parte de un patio y se construirán salas de investigación y exposiciones . Las obras forman parte del Plan Director del templo

Juan Carlos Flores-Gispert

Sábado, 11 de marzo 2017, 08:26

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El Obispado de Santander convertirá su gran edificio anexo a la Catedral, que se levanta en la confluencia de las calles de Cádiz y obispo Juan Plaza García, en salas de exposiciones, museo y archivo de sus documentos, así como salas para los investigadores.En total, 700 metros de superficie abiertos al público. Para uso privado de la Catedral, su Cabildo y residencia de monjas que se encargan del templo se reservaran 300 metros más.

Además, el Obispado sacará a la luz una parte del muro occidental del Castillo de San Felipe o Castillo del Rey, que tiene 10 metros de altura y 25 de longitud y sobre el que reposa la bóveda de la sacristía.Se conserva además una de las torres, pero todo oculto a la vista del público actualmente. Forma parte de uno de los muros de un patio interior, entre la Catedral y el edificio que se va a restaurar y abrir al público. En el interior del muro se conserva la escalera de acceso a la torre fuerte del castillo, cuya parte más elevada está a unos 30 metros de altura en relación a la calle de Cádiz. No se puede subir por esta escalera, pues en su entrada se construyó, en fecha imprecisa, un aseo.

Este parte del muro del antiguo castillo defensivo no se derribó como el resto del edificio porque formaba parte de la Catedral, como explica el arquitecto David Arce Morán, autor del proyecto de transformación del edificio capitular y de la muralla del castillo. La obra costaría alrededor de 1,7 millones de euros, en una primera estimación que explicó ayer el Obispo de la Diócesis, monseñor Manuel Sánchez Monje, que se cubrirán en gran parte con la aportación que espera conseguir del 1% cultural del Ministerio de Fomento.Así, el Estado desembolsaría el 75% del coste y el resto sería aportado por el Obispado, el Ayuntamiento de Santander y patrocinadores privados.

No hay fecha para la obra, pero la intención firme del Obispado es realizarla, para así cumplir con la quinta y última fase del Plan Director de la Catedral de Santander, realizado bajo la dirección de los historiadores José Luis Casado Soto y Joaquín González Echegaray.

Conjunto monumental

Sánchez Monje presentó ayer este proyecto en compañía de la alcaldesa de Santander, Gema Igual, que dio cuenta de que a finales del verano o principio del otoño se iniciará la cuarta fase del Plan Director, la reapertura de la calle de Los Azogues, que se conserva en parte y atraviesa la zona porticada de la iglesia de El Cristo. Con ambas actuaciones se trabajaría en dos partes más del conjunto monumental de la Catedral de Santander, formado por la Iglesia Baja (actual parroquia del Santísimo Cristo); la Iglesia Alta (la Catedral Basílica de Santander y sus capillas laterales); el Claustro, con la sala capitular, sus capillas y jardín central; la Sacristía, cobijada entre el Claustro y el muro que queda del Castillo del Rey; la torre de las campanas; el archivo catedralicio y las dependencias capitulares, ubicadas en el edificio que se piensa restaurar y que fue construido en los años cincuenta, siguiendo cierto estilo neoclásico. El edificio está obsoleto, con grandes techos y escaleras de la época, y muy desaprovechado.

La fachada no será trasformada, solo restaurada, para mantener inalterado el conjunto. Desde la calle del Obispo Juan Plaza Garcíapor detrás del Banco de España se accede al citado edificio por unas empinadas escaleras. La obra conllevaría también la mejora del acceso instalando ascensores, interiores y exteriores. Hay muchos aspectos aún que pulir sobre la transformación del edifico capitular y los usos que se le pretende dar. «Lo que sí está claro es que conseguiremos un edificio más aprovechado y moderno y se recuperará parte de la muralla del Castillo de San Felipe, que tiene 2,5 metros de anchura», explica el arquitecto David Arce. «El castillo fue derribado cuenta a finales del siglo XIX».«Era un edificio del siglo XII, que formaba parte de la defensa de Santander, que fue bastión militar y almacén de aperos de pesca», acaba.

La calle de Los Azogues

La actuación más inmediata, que se iniciará este año aseguró la alcaldesa es el derribo de la antiguas instalaciones de la agencia de Viajes Altamira y la excavación en el solar donde durante años estuvo montado el belén municipal y antes se levantaba una casa de vecinos.

Sobre el espacio que ahora ocupa el pequeño edificio que fue agencia de viajes se construirá un mirador al que se accederá por escaleras y por una rampa semicircular, que partirá del solar donde estuvo la instalación belenista y hoy es un pequeño jardín.

Debajo del mirador circular se ubicará una pequeña sala de exposiciones, en la que se mostrarán al público los hallazgos arqueológicos que se encuentren. Se seguirán así las indicaciones de CasadoSoto yGonzález Echegaray «porque en esta zona y junto a los muros atracaban los barcos. Así que estaban seguros de que habrá un interesante yacimiento», explica el arquitecto que ha diseñado este nuevo espacio y que coordinará las obras, Clemente Lomba. Las obras saldrán a licitación por 544.000 euros y se conseguirá recuperar este espacio hoy degradado, dentro del conjunto catedralicio.

Sencillo e intemporal

Lomba ha diseñado «algo sencillo, con toque intemporal, que no se note, sin incorporar elementos que distorsionen en el conjunto. Mi idea es que el material que se use sea piedra caliza extraída de la cantera de Cueto, la misma con la que se realizó esta parte de la Catedral, y que los bloques sean sillares al hueso, casi sin junta de mortero, como el original. Por eso, en este Monumento Nacional, no hay que escatimar dinero para contratar a los mejores profesionales. Hay que hacerlo bien (dice rotundo), con personal especializado, con los mejores que encontremos».

El mirador que ha diseñado Lomba es «un tambor cónico, un trasdós inclinado, que dé sensación de solidez, lo mismo que el resto de la Catedral monumental. Una pieza monumental en sí misma, que parezca que soporta la iglesia y los muros medievales, el viejo cerro de Somorrostro y el castillo que aparece en numerosas fotografías de época».

También se pretende realizar un detenido estudio arqueológico del suelo y los muros medievales de esta calle de Los Azogues que remite a los oficios medievales, al metal que se usaba para hacer espejos, el nombre antiguo para hablar del mercurio. Todo este trabajo «realizado con detalle y con calma, por expertos», llevaría unos siete meses.La primera y última parte de la obra será el proceso arqueológico.

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