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El Gobierno abre el debate del copago tras agotar el efecto de la reforma de 2012

El Gobierno abre el debate del copago tras agotar el efecto de la reforma de 2012

El gasto farmacéutico y la dispensación de recetas acaban 2016 en niveles similares a cuando se comenzó a cobrar a los pensionistas

Alfonso Torices

Jueves, 12 de enero 2017, 07:22

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La reapertura por parte del Gobierno del debate del copago farmacéutico, con el encargo de un estudio para dilucidar si sube o no el coste de los medicamentos a los jubilados que más cobran, ha coindidido, justamente, con el momento en el que se ha agotado el ahorro que para las arcas públicas provocó la reforma puesta en marcha por Mariano Rajoy en julio de 2012. Aquel decreto por primera vez hizo pagar una parte del precio de los fármacos a los pensionistas, subió los porcentajes a satisfacer por los activos con ingresos superiores a 18.000 euros anuales y retiró de la financiación pública más de 400 medicamentos para dolencias menores.

El cambio legal, tomado en el momento de los grandes recortes, cuando España trataba de evitar la intervención, ha permitido al Ministerio de Sanidad ahorrarse casi 8.000 millones de euros en estos cuatro años y medio, pero sus efectos parece que han tocado a su fin. Cuando en unos días se conozca lo que el Estado ha pagado por los fármacos consumidos por los usuarios de la sanidad pública en 2016, se comprobará que el gasto de la partida ha superado por primera vez los 9.770 millones de 2012, el año de la reforma, y que el número de recetas canjeadas por los españoles es ya prácticamente idéntica que la de aquel ejercicio. Así lo adelanta el gasto interanual en farmacia de noviembre de 2016, que ya fue 9.895 millones, y los medicamentos adquiridos en esos 12 meses, 900 millones de recetas, frente a los 913 millones de 2012.

El efecto del decreto fue drástico en los segundos seis meses (2012) y en 2013, con un descenso de 110 millones en el número de recetas y con caídas interanuales del gasto del 12,3% y del 6%, respectivamente. Sin embargo, 2014 y 2015 ya fueron ejercicios de moderada recuperación del gasto y las recetas, hasta disiparse por completo el ahorro a lo largo de 2016.

La medida ha permitido durante un lustro controlar el gasto farmacéutico y contribuir a los ajustes presupuestarios exigidos por la UE, pero también ha tenido un reflejo claro en la economía doméstica de los pensionistas. Según la encuesta de gasto familiar que publica el INE, los hogares de los jubilados destinaron en 2015 un 31% más de dinero a la adquisición de medicamentos, unos 120 euros más de media, que tres años antes.

Si los efectos del decreto de 2012 parecen agotados, los que aún siguen permitiendo ahorros, siete años después, son los de la reforma de la financiación de fármacos introducida en 2010 por José Luis Rodriguez Zapatero. El ejercicio en que, con la crisis y el paro desbocados, impuso a la industria una reducción drástica de los precios de los medicamentos que recetaría la sanidad pública y obligó al uso preferente de genéricos. El gasto público en fármacos, aún a día de hoy, es de 2.300 millones anuales menos que entonces, con un ahorro mantenido del 19%. Prueba de ello es que el 80% de las unidades dispensadas hoy con receta en las farmacias son genéricos o equivalentes, que suponen ya más de la mitad del gasto total de la partida sanitaria.

Aumento estructural

Sin embargo, si en el futuro no se toman nuevas medidas para contener el desembolso en medicinas, la partida aumentará inéxorablemente, según indica un análisis de Farmaindustria, porque su tendencia al crecimiento es estructural por la mayor esperanza de vida de los españoles, el envejecimiento de la población y la transformación en crónicas de dolencias antes mortales. Además, indica el mismo estudio, nuevas actuaciones sobre los precios o una mayor restricción de la prescripción médica parecen medidas poco probables porque España ya las ha estirado casi hasta su límite. El gasto farmacéutico medio por español es un 25% inferior al de la UE, el precio medio por receta es un 16% menor, y el consumo medio de recetas por español en 2015 fue un 11% inferior que en la UE, solo superior al de Italia.

La fundación de estudios Fedea sí considera que aún es posible otra reforma en el copago, e incluso va más lejos de la propuesta que baraja Sanidad. Cree que todos los españoles con rentas similares, sean activos o pensionistas, deberían pagar lo mismo, con porcentajes más altos según tramos de ingresos. Por contra, entiende que el sistema de copago debería ser muy bajo o nulo para los más desfavorecidos y que los enfermos crónicos deberían disponer de topes máximos de gasto.

En el lado contrario están sindicatos como UGT o CC OO, así como las asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, que exigen la derogación del decreto de 2012, con el fin del copago de pensionistas, y apuntan a una mayor presión sobre la industria y a la progresividad del IRPF para solucionar los problemas del gasto farmacéutico. La 'marea blanca' recuerda que sus datos indican que los jubilados han dejado de adquirir hasta un 20% de sus medicamentos por falta de recursos.

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